El ex coordinador de obras del Tramo 5 del Tren Maya, ingeniero Víctor Hugo Martínez Rendón, ha revelado preocupantes hallazgos sobre la estabilidad y sostenibilidad ambiental del proyecto. Según Martínez Rendón, el tramo sur del Tren Maya enfrenta 11 puntos de riesgo de colapso y hundimientos, lo que plantea serias inquietudes sobre la seguridad y viabilidad del proyecto.
Martínez Rendón renunció en enero de 2022 debido a su consideración de que la decisión de cambiar el trazado del tramo sur del Tren Maya, moviéndolo desde el camellón central de la carretera federal 307 hacia la selva, era técnicamente inviable y ambientalmente insostenible. A pesar de expresar estas preocupaciones tanto en una carta a la Presidencia de la República como en una reunión en Palacio Nacional, sus advertencias fueron ignoradas.
La preocupación se centra en la fragilidad del terreno kárstico sobre el cual se están realizando las obras del Tramo 5 Sur. Este terreno, que se encuentra sobre un sistema de cuevas y cenotes subacuáticos, es extremadamente vulnerable a colapsos y hundimientos. A pesar de estas advertencias, el gobierno no ha realizado nuevos estudios geotécnicos para evaluar adecuadamente la capacidad de carga del terreno, optando por seguir adelante con las obras sin tener en cuenta estos riesgos fundamentales.
Un juez ha exigido al gobierno federal la presentación de estudios geológicos y geohidrológicos, así como registros de posibles derrumbes y acciones para abordarlos en el Tramo 5 Sur. Sin embargo, las obras continúan sin acatar esta orden judicial, lo que plantea serias dudas sobre el compromiso del gobierno con la seguridad y protección ambiental.
El área más crítica del Tramo 5 Sur se encuentra entre el poblado de Chemuyil y Tulum, donde las cuevas subyacentes son particularmente frágiles. La falta de atención a estos riesgos potenciales pone en peligro tanto la integridad estructural del proyecto como el medio ambiente circundante.
Expertos han señalado que el peso y las vibraciones del Tren Maya podrían acelerar los procesos de hundimiento y colapso del terreno, lo que podría tener consecuencias catastróficas tanto para la infraestructura como para el medio ambiente. A pesar de estas preocupaciones, el gobierno continúa insistiendo en la seguridad del proyecto, incluso cuando ya se han producido accidentes, como el descarrilamiento de un vagón en el Tramo 3 apenas tres meses después de su inauguración.
El desafío técnico y ambiental que enfrenta el Tramo 5 Sur del Tren Maya es grave y requiere una atención inmediata y una revisión exhaustiva de los planes y acciones del gobierno. La seguridad de los trabajadores, pasajeros y el medio ambiente debe ser una prioridad indiscutible en el desarrollo de proyectos de esta magnitud.
Vía: NOTICARIBE
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