Varias galerías en el emblemático barrio de Saint Germain des Près se han visto obligadas a cerrar anticipadamente debido a las estrictas medidas de seguridad implementadas para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París la próxima semana. Las restricciones, que incluyen la instalación de vallas metálicas y la necesidad de códigos QR para acceder a ciertas áreas, han complicado significativamente el acceso de clientes y visitantes a las galerías de arte.
Virginie Boissière, directora de la Galerie Forest de la Divonne, expresó su frustración ante la falta de comunicación por parte de las autoridades: “Es bastante lamentable que las vallas se instalaran sin previo aviso”. Esta situación ha afectado negativamente el tráfico peatonal, crucial para las ventas y la visibilidad de las exposiciones.
La zona más afectada es la conocida como la “zona gris”, ubicada cerca de las orillas del Sena. Aquí, tanto residentes como trabajadores necesitan códigos QR para acceder, aunque algunas galerías, como la de Laurence Esnol, no recibieron notificación previa. “Es una falta de respeto hacia las galerías y las empresas”, lamentó Esnol, destacando la pérdida de oportunidades de negocio en un mes tradicionalmente fuerte para las ventas, como es julio.
George-Philippe y Nathalie Vallois, fundadores de la Galerie Vallois y miembros del Comité Professionel des Galeries d’Art, también denunciaron la falta de comunicación y apoyo. Vallois señaló que, aunque se dieron algunos consejos, estos fueron “poco específicos”.
En respuesta a esta problemática, el ex Primer Ministro Gabriel Attal anunció en junio la creación de una comisión para investigar cómo indemnizar a las empresas afectadas. Sin embargo, aún no se han proporcionado detalles claros sobre la cuantía y los procedimientos de indemnización.
Las restricciones no solo afectan la entrada de visitantes, sino también la logística esencial para las galerías. Ketabi, de una galería emergente, explicó: “Todavía somos una galería joven. Tenemos costes importantes: alquiler, electricidad, nuestra gente”. El cierre anticipado resulta particularmente perjudicial para galerías que dependen de ingresos impredecibles y citas con coleccionistas.
Además, se había alentado a las galerías a participar en la Olympiade Culturelle, un evento asociado a los Juegos Olímpicos, con la promesa de atraer a una clientela acomodada y potencialmente interesada en adquirir arte. “Nos animaron a participar”, comentó Ketabi. “Nos dijeron que la gente que normalmente no viene a París vendría para ver los Juegos, lo que significaba coleccionistas potenciales”.
Sin embargo, las expectativas de incrementar las ventas durante este periodo se han visto frustradas. Con las puertas cerradas y el acceso restringido, las galerías enfrentan un panorama incierto. Los comerciantes, ya afectados, se preguntan cómo podrán mantener sus negocios durante el resto del evento olímpico sin sufrir pérdidas severas.
Vía: Infobae