En un acto cargado de simbolismo y en medio de la polémica diplomática entre México y España, Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, aclaró su postura sobre la decisión de no invitar al Rey Felipe VI a su toma de posesión. Esta determinación ha suscitado diversas opiniones tanto a nivel nacional como internacional y fue consultada previamente con el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha mantenido una postura crítica hacia el pasado colonial y las acciones de las antiguas monarquías.
Durante un evento en Guaymas, Sonora, Sheinbaum acompañó a López Obrador en la entrega del acueducto y distrito de riego al pueblo yaqui, como parte del Plan de Justicia para esta comunidad originaria, un proyecto destinado a reparar históricas injusticias cometidas por gobiernos anteriores.
En su intervención, Sheinbaum enfatizó que “pedir perdón engrandece a los pueblos y a las naciones”. Este mensaje se inscribe dentro de un contexto más amplio, donde el actual gobierno busca reconocer los agravios cometidos hacia los pueblos originarios de México. Desde el inicio de su mandato, AMLO ha promovido una narrativa de justicia histórica que incluye actos de reconocimiento y perdón a comunidades como la yaqui, que han padecido persecuciones y despojos a lo largo de los siglos XIX y XX.
La presidenta electa subrayó que el acto de pedir perdón va más allá de ser un gesto simbólico; es un compromiso concreto para reparar los daños del pasado. En este sentido, afirmó que su administración continuará el legado de López Obrador en la búsqueda de saldar las deudas históricas con los pueblos originarios.
La decisión de no invitar al Rey de España a la toma de posesión generó revuelo en medios mexicanos e internacionales. Desde el inicio del gobierno de López Obrador, la relación entre México y España ha sido tensa, en parte por las solicitudes de perdón que AMLO dirigió al gobierno español por los crímenes cometidos durante la Conquista. Aunque estas solicitudes no han sido atendidas, la narrativa de justicia histórica sigue siendo una parte integral del discurso de la Cuarta Transformación.
Sheinbaum aclaró que esta decisión no implica un rompimiento con España, sino que se alinea con una política de Estado enfocada en la reconciliación interna y el reconocimiento de los derechos históricos de los pueblos originarios de México.
A medida que se acerca la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, es evidente que la futura mandataria continuará muchas de las políticas de su antecesor. Su decisión de no invitar al Rey de España refleja un enfoque hacia la soberanía y el respeto por la memoria histórica del país. En su discurso, Sheinbaum reafirmó su compromiso de seguir impulsando la justicia social y la reparación de agravios históricos, destacando que México está inmerso en un proceso de transformación profunda.
El Plan de Justicia para el pueblo yaqui es un ejemplo de las políticas que continuarán bajo su mandato, e incluye la entrega de infraestructura hídrica y de riego, así como la restitución de tierras, acciones que son fundamentales para honrar el compromiso de justicia que el actual gobierno ha asumido con las comunidades indígenas.
Vía: La Verdad Quintana Roo
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