En la XXVIII Reunión del Plenario de la Fundación Círculo Montevideo, Carlos Slim, uno de los empresarios más poderosos de México y el mundo, lanzó una innovadora propuesta que podría transformar el panorama laboral. Slim sugirió reducir la jornada laboral a 36 horas semanales, distribuidas en tres días de 12 horas cada uno, y además propuso elevar la edad de jubilación a los 75 años.
Esta propuesta surge en un contexto en el que varios países, como México y España, están explorando reformas laborales que busquen un mejor equilibrio entre la vida profesional y personal. Según Slim, concentrar el trabajo en menos días permitiría aumentar la productividad y ofrecer a los empleados más tiempo libre, con cuatro días de descanso cada semana.
Una Visión de Mayor Productividad y Bienestar
Slim argumenta que, dada la creciente esperanza de vida, las personas están en condiciones de ser productivas durante más tiempo. Con la ayuda de tecnologías como la inteligencia artificial, la gestión eficiente del tiempo y los recursos laborales sería más accesible. Además, afirmó que esta redistribución del trabajo podría abrir más oportunidades de empleo, permitiendo que un puesto sea ocupado por diferentes trabajadores en turnos alternos.
Desafíos Legislativos en México
A pesar de lo innovador de la propuesta, su implementación en México enfrenta obstáculos significativos. La legislación laboral actual establece una jornada máxima de 48 horas semanales y garantiza al menos un día de descanso por cada seis trabajados. Cualquier cambio en este sentido requeriría una reforma sustancial de la Constitución y la Ley Federal del Trabajo.
Aunque visionaria, la propuesta de Slim plantea interrogantes sobre su viabilidad y si el marco legal mexicano está preparado para adaptarse a estos cambios radicales.
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