La administración de Quintana Roo enfrenta acusaciones de un presunto desvío millonario de fondos públicos, que habrían beneficiado al equipo de béisbol Tigres de Quintana Roo a lo largo de nueve años. El financiamiento, que supera los 400 millones de pesos, involucra a las administraciones del PRI y PAN, señaladas por destinar sumas masivas de recursos estatales en subsidios a la franquicia deportiva en lugar de a proyectos en beneficio de los ciudadanos.
Reportes detallan que los exgobernadores Roberto Borge y Félix González Canto asignaron 239.7 millones de pesos al equipo entre 2007 y 2017. En un giro similar, el exmandatario Carlos Joaquín habría aportado otros 143.4 millones hasta 2020, incluidos 18.24 millones comprometidos en un contrato que dejó su gobierno. Este gasto monumental ha levantado críticas sobre la falta de transparencia y una posible desviación de fondos para fines personales, además de abrir un debate sobre el papel de la Contraloría estatal, la cual aparentemente no supervisó el destino final de estos recursos.
Las sospechas de lavado de dinero y transacciones irregulares rodean ahora estos subsidios, avivando el descontento ciudadano y cuestionamientos sobre un posible abuso de poder y malversación de fondos. Con la presión pública en aumento, los quintanarroenses exigen investigaciones profundas y claridad en el manejo de los recursos públicos.
Vía: Gonzalo Hermosillo