La campaña presidencial de Estados Unidos sumó un nuevo episodio de controversia tras las declaraciones del expresidente Donald Trump en un mitin en Wisconsin, donde afirmó que “protegería a las mujeres estadounidenses, les guste o no”. Vestido con un chaleco de seguridad y conduciendo un camión de basura, Trump aludió a la inmigración y seguridad nacional, reforzando su imagen de líder fuerte y protector. Sin embargo, su declaración sobre “proteger a las mujeres” generó reacciones inmediatas y divididas, destacando la respuesta enérgica de la actual vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.
Harris criticó los comentarios como “ofensivos” y expresó que reflejan una falta de comprensión sobre los derechos y necesidades de las mujeres estadounidenses. “La autonomía y el respeto son fundamentales”, subrayó Harris, quien calificó la postura de Trump como un retroceso en los logros femeninos. La vicepresidenta defendió la autonomía femenina y sostuvo que esta protección forzada, desde su perspectiva, encubre un discurso de control y vulnerabilidad.
Las palabras de Trump, aunque respaldadas por algunos sectores conservadores, suscitaron un debate sobre la “protección” de las mujeres en términos de igualdad de derechos. En un contexto electoral decisivo, este intercambio podría influir en la percepción de los votantes indecisos, especialmente entre mujeres que valoran la independencia en sus decisiones.
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