El grupo criminal conocido como “La Mayiza” y su líder Ismael Zambada Sicairos, alias “El Mayito Flaco”, desempeñan un papel fundamental en el lucrativo mercado del fentanilo, un opioide sintético que inunda Estados Unidos. Se estima que este grupo controla hasta el 70% del tráfico ilegal de este narcótico, lo cual equivale a aproximadamente 420 millones de pastillas que cruzan la frontera cada año.
Detrás de esta organización está el grupo conocido como “Los Rugrats”, quienes han logrado consolidar rápidamente su poder gracias a la enorme cantidad de drogas sintéticas que han logrado introducir en el mercado estadounidense. Además del fentanilo, este grupo trafica con metanfetaminas, cristal y cocaína, lo que les ha permitido acumular grandes ganancias y expandir su alcance en el lucrativo negocio del narcotráfico.
El cartel de Sinaloa, uno de los más poderosos y temidos grupos de narcotráfico en México, tiene una fuerte presencia en la frontera con Estados Unidos. Utilizan diversas rutas para introducir sus drogas al territorio estadounidense, siendo Nogales una de las más importantes. Allí cuentan con la ayuda de Sergio Valenzuela Valenzuela, alias “GIGIO o YIYO”, quien es el jefe de plaza en Nogales, Sonora.
Este individuo se encarga de supervisar el tráfico de fentanilo y otras drogas sintéticas, como las metanfetaminas, hacia Estados Unidos. Otra ciudad crucial para las actividades del cartel es Tijuana, donde los hermanos Arzate García juegan un papel primordial. Alfonso y René Arzate, con una diferencia de 10 años entre ellos, son conocidos por ser unos de los mayores generadores de violencia en la región.
Estos hermanos se han visto involucrados en el tráfico de fentanilo y otras drogas letales, lo que llevó al Departamento de Justicia a imponerles sanciones en agosto. Según documentos de la DEA, los hermanos Arzate García son ampliamente reconocidos por su extrema violencia, participando en operaciones tácticas como secuestros y ejecuciones para la facción Zambada García, uno de los grupos más poderosos dentro del cartel de Sinaloa.
A través de la ciudad fronteriza de Mexicali, el fentanilo recorre sus calles.
Este poderoso opiáceo sintético es sumamente potente, incluso más que la heroína. Su bajo costo de producción y facilidad de transporte lo convierten en un producto extremadamente lucrativo para los narcotraficantes.
Pueden adquirir grandes cantidades que caben fácilmente en pequeños escondites, ocultándolas entre otras mercancías para cruzar la frontera casi sin ser detectados. Una vez en el mercado, el fentanilo se vende a precios muy elevados, generando enormes ganancias que alimentan el ciclo del narcotráfico.