En el municipio de Felipe Carrillo Puerto, adolescentes de la Zona Maya continúan enfrentando violencia derivada de un sistema patriarcal profundamente arraigado, señaló Adriana Uex, directora del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA).
Durante un foro en la Secundaria Leona Vicario, conmemorando el Día Internacional contra la Violencia de la Mujer, Uex destacó que, pese a los avances en igualdad de género, las jóvenes siguen siendo víctimas de discriminación y violencia, tanto en sus familias como en sus comunidades.
Responsabilidades desproporcionadas y limitaciones
La funcionaria alertó que las adolescentes son frecuentemente obligadas a asumir responsabilidades desproporcionadas en el cuidado del hogar y la familia, además de enfrentar barreras para acceder a la educación y decidir sobre sus proyectos de vida. Estas dinámicas perpetúan desigualdades estructurales que las colocan en situaciones de alta vulnerabilidad.
Entre las problemáticas más graves mencionó:
- Matrimonios forzados.
- Violencia física y psicológica.
- Restricciones en el acceso a la educación.
Si bien algunas de estas prácticas están enraizadas en tradiciones culturales, Uex enfatizó que deben ser revisadas bajo la perspectiva de los derechos humanos.
Acciones para la erradicación de la violencia
Aunque SIPINNA no cuenta con estadísticas exactas debido al silencio que rodea muchos de estos casos, se están implementando acciones para concientizar y empoderar a las adolescentes, fomentando que denuncien cualquier tipo de violencia ante las autoridades.
“Estamos promoviendo la igualdad de género, creando espacios de diálogo y desarrollando herramientas educativas para que las adolescentes puedan romper los ciclos de violencia”, subrayó.
Llamado a la reflexión
Finalmente, Adriana Uex hizo un llamado a las familias para reflexionar sobre los roles de género y priorizar el bienestar integral de niñas y adolescentes, reconociendo su papel como agentes de cambio en las comunidades. Además, insistió en la necesidad de un esfuerzo conjunto entre gobierno, sociedad civil y comunidades para garantizar entornos libres de violencia.
“Es urgente construir espacios seguros y de igualdad para nuestras niñas y adolescentes en la Zona Maya”, concluyó.