
Ante la reciente imposición de aranceles del 25% a productos mexicanos por parte del gobierno de Donald Trump, Petróleos Mexicanos (Pemex) ya busca nuevos mercados para la exportación de crudo, con China, India, Corea del Sur y Japón como principales destinos.
Redirección del petróleo mexicano
Estados Unidos es el principal comprador del crudo pesado Maya de Pemex, absorbiendo el 75% de sus exportaciones. Sin embargo, fuentes del gobierno mexicano confirmaron a Reuters que la petrolera estatal ha iniciado conversaciones con empresas de Europa y Asia, donde hay “apetito” por el hidrocarburo mexicano.
China muestra un alto interés, al igual que India y otras naciones asiáticas con refinerías aptas para procesar el crudo pesado de Pemex.
El mercado asiático podría absorber los volúmenes que antes se enviaban a EE.UU., según fuentes de PMI, el brazo comercializador de la petrolera.
“Ya hemos estado hablando con otros socios. Lo bueno es que hay demanda por el crudo pesado de Pemex en Europa y Asia”, señaló una fuente del gobierno mexicano.
Pemex no dará descuentos para compensar aranceles
Ante la incertidumbre en el mercado, operadores han especulado sobre la posibilidad de que Pemex reduzca precios para mantener a sus clientes en EE.UU.. Sin embargo, fuentes de alto nivel han sido tajantes: México no aplicará descuentos para compensar los aranceles.
Los contratos actuales con clientes en EE.UU. vencen este mes, y una parte del crudo que se dirigía a ese mercado podría redirigirse a Europa y Asia.
Hasta el momento, las petroleras estadounidenses no han cancelado sus compras de crudo mexicano, pero la situación sigue en evolución.
“México está bastante tranquilo, tenemos alternativas”, aseguró la fuente consultada.
¿Qué sigue para la industria petrolera mexicana?
México se mantiene en espera de cómo reaccionan los clientes estadounidenses, pero sin planes de ceder en precios.
El mercado asiático y europeo se consolidan como los nuevos destinos clave para el crudo pesado de Pemex.
Las tensiones comerciales con EE.UU. siguen generando incertidumbre, mientras México explora opciones para mantener su participación en el mercado energético global.