Las autoridades del Estado de México confirmaron el asesinato de 13 agentes, luego de que estos sufrieran una emboscada por presuntos integrantes de La Familia Michoacana, quienes interceptaron un convoy de policías estatales y efectivos ministeriales en Coatepec de Harinas.
Los oficiales realizaban labores de patrullaje por la zona de Llano Grande cuando fueron atacados, con lo cual, ocho estatales y cinco efectivos de la fiscalía mexiquense perdieron la vida.
Por imágenes compartidas se observan vehículos policiales y una camioneta blanca con múltiples impactos de bala, así como los cuerpos regados en el asfalto de uniformados y civiles.
Peritos de la fiscalía mexiquense ya realizan las diligencias correspondientes. Al sitio acudieron refuerzos de la Guardia Nacional, Marina Armada de México y del Ejército para resguardar la zona e implementar una búsqueda de los responsables. Los operativos se realizan por tierra y aire, apoyados por el Centro Nacional de Inteligencia.
Un audio que circula en Twitter identifica la llamada de auxilio desesperada de los oficiales en pleno ataque: “¡Pide apoyo, de parte del Carmen, nos están balaceando (…) de favor, nos están disparando en Llano Grande!”, se escucha gritar por radiofrecuencia al agente.
“Esta acción, es una afrenta contra el Estado mexicano, responderemos con toda la fuerza y con el respaldo de la Ley y la legitimidad”, dijo Rodrigo Martínez Celis, secretario de Seguridad Pública del estado, en un pronunciamiento conjunto con el fiscal de la entidad, Alejandro Gómez Sánchez.
“Las familias de los servidores públicos que fallecieron este jueves tendrán todo el apoyo y respaldo de ambas instituciones”, dijo por su parte Gómez Sánchez.
Aunado a esto, otros policías del Estado de México habrían sido ejecutados en Almoloya de Alquisiras. Imágenes que circulan en redes sociales refieren que serían entre dos y cuatro los oficiales que fueron asesinados a bordo de una patrulla.
Las autoridades están confirmando estos últimos datos. Pero de ser el caso, sumarían 17 agentes asesinados en menos de cuatro horas en la entidad.
De acuerdo con reportes, el comando de presuntos miembros de la Familia Michoacana sorprendió a los uniformados, mientras estaban preparándose para un patrullaje. De ahí que fueron rafagueados desde una camioneta con armas de grueso calibre. Segundos después, a unos metros de la misma vía, los agresores se encontraron con Policías de Investigación y les dispararon.
En el mapa del narcotráfico, la Familia Michoacana, que ataca con tácticas guerrilleras aprovechando el agreste territorio mexiquense, domina la zona sur del estado bajo el liderazgo de Jhony El Mojarro y José La Fresa, los hermanos Hurtado Olascoaga, quienes son cabecillas del grupo criminal.
En ese sitio existe una alianza entre dicha organización delictiva y los Caballeros Templarios, con la cual han logrado desplazar a la célula delictiva Guerreros Unidos de buena parte del territorio.
El apellido Hurtado Olascoaga, comenzó a escucharse con fuerza en 2014, cuando las autoridades mexicanas ofrecieron una cuantiosa recompensa por su paradero.
Las investigaciones revelan que los hermanos fueron enviados a Estado de México por uno de los jefes de la Familia Michoacana, para que tomaran el control de la región limítrofe con Guerrero, que la componen los municipios mexiquenses de Bejucos, Luvianos, Tejupilco y Tlatlaya.
Los Hurtado Olascoaga y 18 sicarios que llegaron a “limpiar la zona” fueron responsables de la ola de secuestros que a principios de la década pasada se desató en Valle de Bravo; probablemente la zona más exclusiva de la entidad mexiquense.
Según registros de autoridades estadounidenses, La Familia Michoacana fue oficialmente disuelta en 2011, tras el arresto de su último líder, José de Jesús Méndez Vargas, el “Chango”, pero siguió operando en células dedicadas a la trata, secuestro y extorsión en Guerrero, Estado de México y la capital del país, especialmente en suburbios de la periferia hasta 2014, refiere el análisis del Servicio de Investigación del Congreso de EEUU. Aunque una Nueva Familia Michoacana sigue activa en partes de Guerrero y Michoacán.
A principios de julio del 2020, la brutalidad inusitada y fanatismo del cártel, cuyo bastión es el estado de Michoacán, atrajeron la atención de las autoridades del Estado de México. Esta organización no sólo mata a sus rivales y lucra con el narcotráfico y la extorsión, sino que también declararon la guerra a los policías de la entidad.
De acuerdo con el registro de la organización Causa en Común, el Estado de México fue la segunda entidad más letal para policías con 39 casos durante 2020. Solo detrás de Guanajuato que registró 84; a estos estados siguen Veracruz (39), Guerrero (37) y Chihuahua (35). En todo el año pasado, la organización contabilizó que 524 policías fueron asesinados.
(Fuente: Infobae).