El Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello” pidió, de nueva cuenta, una intervención efectiva de las autoridades estatales y federales
Por segundo día consecutivo, integrantes de la Familia Michoacana siguen atacando con bombas lanzadas desde drones a pobladores del poblado de Acatlán, en el municipio de Heliodoro Castillo, Guerrero.
El Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello” alertó sobre estos ataques a este poblado enclavado en la sierra de Guerrero.
“Se ha tenido comunicación con la delegación de la SEGOB en Guerrero y el director de gobierno del estado. Informan que el asunto está en la mesa de seguridad y construcción de paz y que se han desplegado elementos, pero aún así estos ataques siguen sucediendo”, se lee en un comunicado del centro de derechos humanos.
Por esta razón, urgieron de nuevo a las autoridades estatales y federales a intervenir de manera efectiva en la población, al tiempo que pidieron a los integrantes de la Familia Michoacana y a Los Tlacos “no utilizar drones para atacar a la población”.
Los ataques con bombas lanzadas desde drones a la comunidad de Acatlán comenzaron el jueves 16 de noviembre, de acuerdo con el Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello” quien recibió las alertas por parte de los habitantes.
“La comunidad está siendo atacada con bombas lanzadas desde drones, disparos y les han cortado la energía eléctrica. Tres de esas bombas cayeron en la escuela primaria de esa comunidad”, se lee en el texto compartido por el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencia, director del centro de DDHH.
Por estos hechos sólo se han reportado daños materiales en la comunidad y el fallecimiento de animales de los habitantes.
Por la tarde del 16 de noviembre, un video circuló en redes sociales en donde se observa a habitantes del poblado revisando a estas cabras que fueron alcanzadas por las bombas.
“Miren señores aquí, lo que provoca La Familia Michoacana a los pobres animalitos, cinco chivitos muertos por una desgraciada bomba. Miren lo que les hicieron a los pobres animalitos, ¿qué culpa tienen?”, cuestiona el poblador que mueve a los animales de una lado a otro para enseñar las heridas de las cabras.
El 15 de noviembre, habitantes de Heliodoro Castillo y San Miguel Totolapan tomaron las instalaciones de la hidroeléctrica de El Caracol para protestar por la inseguridad que se vive en la región y que, según los pobladores, es causada por integrantes de la Familia Michoacana.
Durante la protesta, el sacerdote José Filiberto pidió a las autoridades poner a salvo a los pobladores mediante una base de operaciones mixta en esta comunidad. Sin embargo, señaló el centro de DDHH, todavía no hay fecha para la instalación de dichas bases, por lo que este tipo de ataques se siguen presentando ahora en la comunidad de Acatlán.
De acuerdo con el Centro Minerva Bello, desde el 3 de mayo de este año, casi la mitad de la población del Nuevo Caracol del mismo municipio se desplazó de manera forzada a Tlacotepec para intentar resguardarse de las agresiones, mismas que Infobae México documentó en su momento.
“Ante la ausencia de acciones necesarias para la pacificación de la zona, los pobladores decidieron retornar para poder trabajar y reinstalándose en su comunidad el 19 de mayo sin que hubiera las condiciones necesarias para un retorno seguro”, refiere el comunicado.
Este conflicto se produce luego de que La Familia Michoacana pretende despojar del control de las minas y del negocio maderero al grupo de Los Tlacos, grupo criminal que actualmente dirige estas actividades.
Vía: Infobae