Si al joven detenido en San Francisco, Estados Unidos, le hubieran dicho que 35 años después sería uno de los capos más buscados del mundo, tal vez ni él lo creería.
En ese entonces a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, sólo le interesaba tener una mejor vida que lo que le podría ofrecer su hogar en Aguililla, Michoacán.
De niño tuvo que ayudar económicamente a su familia, por lo que abandonó la escuela en cuarto o quinto grado y empezó a trabajar en el campo. A los 14 años empezó a resguardar cultivos de mariguana.
Por eso cruzó la frontera en busca del Sueño Americano. Sólo que en la mente del ahora líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) eso no implicaba trabajo duro, sino el camino fácil del crimen.
El 14 de mayo de 1986 fue capturado en San Francisco, Estados Unidos, por portar un arma de fuego y tener propiedad robada.
En la fotografía que le tomaron las autoridades, una vez detenido, “El Mencho” no oculta su personalidad.
Sus marcas de acné en el rostro, su bigote incipiente, peinado abombachado y su sudadera con capucha contrastaban con su mirada dura, desafiante. Pareciera el rostro de un estudiante al que ya no le importa nada.
Se desconoce cuánto tiempo estuvo en prisión en esa ocasión, pero debido a los problemas en los que se metía Nemesio, fue deportado y tuvo que cruzar en varias ocasiones la frontera. A veces decía que se llamaba Rubén Ávila, otras que Roberto Salgado o José López Prieto o Miguel Valadez o Carlos Hernández Mendoza.
Fue en su estadía en lugares como Fresno y Bakersfield donde tuvo sus primeros acercamientos con el tráfico de drogas.
Para 1989 Nemesio se encontraba de nueva cuenta en el área de San Francisco, donde fue capturado otra vez.
El 29 de junio de ese año, las autoridades le tomaron una nueva fotografía tras su arresto. Las huellas del acné se desvanecieron, pero no su peinado abombachado ni su mirada adusta. La diferencia es que en esta imagen se asoma una leve sonrisa, como de alguien que cometió una travesura pero sabe que se saldrá con la suya.
La historia se repitió: fue deportado y regresó a Estados Unidos, en donde fue detenido en 1992.
Sin embargo, en esta ocasión fue diferente. De acuerdo con la revista Rolling Stone, “El Mencho” y su hermano Abraham estaba en un bar llamado El Imperial.
En el lugar estaban llevando a cabo un negocio de heroína. Mientras que Nemesio servía como vigilante, su pariente era quien conducía la negociación.
Cuando los compradores pagaron con buenos fajos de billetes de 100 dólares, algo no le pareció a “El Mencho”. Sabía que algo no estaba bien. Le advirtió a Abraham que podrían ser agentes encubiertos y que mejor no le entraba al negocio.
Tres semanas después fueron detenidos en Sacramento.
Nemesio dijo durante el juicio que era inocente, que los agentes estuvieron mintiendo y que nunca estuvo en contacto con drogas.
A los hermanos se les acusó de estar trabajando juntos y eso puso en aprietos a “El Mencho”: Abraham sí fue ligado a las drogas y si mantenía su defensa de ser inocente, dejaba solo a su consanguíneo.
Al final Nemesio optó por declararse culpable y ayudar a su hermano Abraham. Así no le darían una condena más dura.
“Deme lo menos posible”, le pidió “El Mencho” al juez durante la audiencia de sentencia.
Fue sentenciado a 5 años de prisión, que cumplió en la Big Spring Correctional Center, en Texas.
Para 1997 Nemesio fue deportado, pero ya no regresó a Estados Unidos. Prefirió enrolarse en la Policía de Cabo Corrientes y Tomatlán, en Jalisco, pero no duró mucho.
Después se fue a vivir a Michoacán en donde afianzó su relación con los Valencia, familia que controlaba el negocio de las metanfetaminas bajo el Cártel del Milenio.
Incluso se casó con Rosalinda González Valencia, integrante de ese clan, con quien procreó a Jessica Johanna y Rubén, “El Menchito”, quienes actualmente están detenidos.
El resto ya es historia. Tras las detenciones de Armando Valencia Cornelio, “El Maradona”; Óscar Orlando Nava Valencia, “El Lobo”, y su hermano Juan Carlos, “El Tigre”, del Cártel del Milenio, “El Mencho” se abrió camino a la cima del grupo criminal.
Cuando “Nacho” Coronel fue abatido por el Ejército en 2010, fue el punto de quiebre.
El Cártel del Milenio se dividió entre La Resistencia y el CJNG. Este último grupo prevaleció a base de derramamiento de sangre en todo Jalisco.
Desde entonces “El Mencho” ha expandido su poder nacional e internacionalmente.
La cabeza del capo ahora vale 10 millones de dólares para la DEA. Y pensar que alguna vez lo tuvieron en sus manos…
Vía: Grupo Reforma