El relator especial de la ONU sobre los Derechos Humanos al agua potable y saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo, ha advertido sobre la crítica situación del agua en la Franja de Gaza, describiéndola como una “bomba silenciosa” con efectos devastadores. Según Arrojo-Agudo, la contaminación del agua, que afecta a la mayoría de la población, tiene menos visibilidad que los bombardeos, pero es igualmente destructiva.
El bloqueo de Israel ha impedido la llegada del 70% de los materiales necesarios para la construcción y operación de plantas de tratamiento de aguas residuales, lo que ha provocado una grave contaminación fecal en las aguas subterráneas. Como resultado, la población de Gaza subsiste con apenas 4.7 litros de agua por persona al día, muy por debajo de los 100 litros recomendados para cubrir necesidades diarias. La OMS establece que, en emergencias, se requieren al menos 15 litros de agua diarios para sobrevivir.
El agua disponible en Gaza, a menudo contaminada con materia fecal, ha generado graves problemas de salud, especialmente en niños, con 1.7 millones de casos de enfermedades infecciosas como diarrea, disentería y hepatitis A.
Además, la sobreexplotación del acuífero, agravada por más de 15 años de bloqueo, ha causado una intrusión marina que ha salinizado aún más los suministros de agua. Por su parte, en Cisjordania, Arrojo-Agudo denunció la “militarización del agua” y políticas de “apartheid territorial”, que limitan el acceso de los palestinos al río Jordán y les impiden desarrollar infraestructura hídrica adecuada.
Vía: LA JORNADA.