El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, alertó sobre los severos impactos que tendría para la economía estadounidense la implementación de un arancel del 25% a productos provenientes de México y Canadá, medida anunciada por el expresidente Donald Trump esta semana. Durante la conferencia matutina, Ebrard calificó la decisión como “un tiro en el pie”, destacando que afectaría principalmente a la industria automotriz de Estados Unidos.
Impacto en la industria automotriz y el empleo
Ebrard señaló que la industria automotriz, altamente interconectada entre los tres países que integran el T-MEC, sería una de las más afectadas. Resaltó que el 88% de las camionetas pick-up vendidas en Estados Unidos son ensambladas en México, y con los nuevos impuestos, su precio podría aumentar en 3 mil dólares por unidad.
Además, el titular de Economía advirtió que la medida podría derivar en la pérdida de 400 mil empleos en Estados Unidos y una reducción en su crecimiento económico, ya que la estructura actual de fabricación depende de un complejo proceso de integración entre los tres países.
“Estamos muy integrados”, destacó Ebrard, explicando que las cadenas de suministro de la región dependen de componentes fabricados en los tres países, lo que hace que un arancel perjudique a todos los involucrados.
Aumento en costos para empresas y consumidores
Según lo expuesto en Palacio Nacional, los nuevos aranceles equivaldrían a duplicar el Impuesto Sobre Utilidades en Estados Unidos, incrementando los costos para las empresas. Esto obligaría a trasladar el impacto a los consumidores, quienes enfrentarían precios más altos.
Lecciones del pasado
Ebrard también recordó antecedentes históricos de aranceles estadounidenses, como el impuesto del 10% impuesto por Richard Nixon en 1971. En aquel entonces, las medidas generaron incrementos en los precios de importaciones y redujeron el poder adquisitivo de los consumidores.
Sin embargo, advirtió que las consecuencias actuales serían más graves debido al crecimiento del comercio internacional. Mientras que en 1971 las importaciones representaban el 3.4% del PIB estadounidense, en 2023 esta cifra ascendió al 12.7%.
Un llamado a la reflexión
Ebrard concluyó subrayando que el daño económico derivado de estas medidas sería inevitable para todos los socios comerciales del T-MEC, pero principalmente para Estados Unidos. “Costará más, y ese costo lo pagarán las empresas o los consumidores”, señaló.
La advertencia del secretario de Economía subraya los riesgos de políticas arancelarias unilaterales que afectan a las economías integradas de la región, poniendo en jaque no solo a las industrias, sino también al empleo y la estabilidad económica de los países involucrados.