Este lujoso complejo hotelero de 144 habitaciones ha tenido un impacto ambiental significativo, con un costo que se ha más que duplicado, pasando de 655 millones a una asombrosa suma de 1,486 millones de pesos.
La construcción de este imponente hotel ha arrasado con nada menos que 31,000 metros cuadrados de la densa y frondosa selva quintanarroense.
Expertos como el biólogo Luis Zambrano describen este proyecto como un “cáncer en la selva”, un tumor que amenaza con propagarse y dañar irremediablemente este delicado ecosistema. Aún más preocupante es el hecho de que el hotel carece de servicios básicos como agua potable y energía eléctrica convencional.
Para poder construir este lujoso resort, el gobierno tuvo que modificar el decreto de la Reserva de la Biósfera de Calakmul, que data de 1989, permitiendo actividades turísticas en una zona que se suponía debía permanecer protegida.
En resumen, el Hotel Tren Maya Calakmul se ha erigido a costa de la devastación de la frágil selva maya.